miércoles, 28 de abril de 2021

Desde la Tribuna



Después de cincuenta años jugando, estoy sentado en la tribuna, viendo el partido. Ha sido uno muy largo, con múltiples entretiempos y que hoy continúa, pero, aunque siga siendo el mismo juego, las reglas parece que hubieran variado o que las viejas normas ya no se respetaran, tildándolas de “obsoletas” o en algunos casos                            –maliciosamente tal vez- de “venerables” …

Fuera de la cancha, la vista es panorámica y se puede seguir las jugadas sin contacto con la pelota, sin los obstáculos que suponen los demás jugadores, tampoco sufriendo “amistosos fouls”, ni lidiando con cansancio que agarrota las piernas…

Fuera de la cancha, si uno es un viejo jugador, hincha de ningún equipo, salvo del fútbol en sí, persiste la emoción y desaparece lo demás, para disfrutar, para en todo caso, pensar que uno, de haber estado jugando, hubiese hecho tal o cual cosa…

Ahora, fuera de la cancha, tal vez veamos más claro y tengamos eso que se llama “visión de conjunto”, que equilibra el ánimo y atempera momentáneos ardores… 

No podemos dejar de opinar, pero nuestro parecer es el del que ya estuvo en esa situación, la superó con éxito o se equivocó y tuvo que aprender del error…

Lo que sí se extraña es jugar. Sentir la adrenalina borbotear. Recibir el pase inesperado, patear y meter gol. Saltar de alegría, revoleando la camiseta.

La publicidad, para mí, ha sido ese largo y emotivo partido, del que ahora, que estoy en la tribuna, hay cosas que no entiendo. Me parece que la velocidad está ganando al cerebro, que las reglas se saltan por “quítame estas pajas” …

Me gustaba más el partido cuando era jugador, pero eso ahora no importa, lo que no es obstáculo para que extrañe las reglas viejas y las dificultades. Para que extrañe ese parar la pelota y el silencio que uno siente en el estadio, cuando va a meter gol.

Manolo Echegaray.

 

 

Imagen: elcomercio.pe

 

martes, 20 de abril de 2021

SALIR DE LA CAJA, ROMPER EL MOLDE

Cualquiera de las dos expresiones del título de este pequeño artículo se aplica a la comunicación publicitaria y son su esencia…



Diferenciarse: He ahí la cuestión. El reto. La necesidad; y creo que es precisamente lo que no se está haciendo…


No se trata de una mirada u opinión pesimista, sino antes bien, una clarinada de alerta, aunque sé que mi “aviso”, lo más probable es que sea uno más y no se tome mucho en cuenta.

 

 

Tampoco significa que “antes” las cosas fueran muchísimo mejores, pero por lo que vengo viendo, pues soy testigo y actor de cincuenta años de publicidad, el tema se ha ido degradando, tal vez con excusas como la pandemia, el “cambio de paradigmas”, o la “novedad” de medios, en los que la publicidad recién se está acomodando…

El asunto es que noto un facilismo chato, que –por supuesto con excepciones- me apena porque he sido y soy parte del “gremio” y mi labor siempre estuvo destinada a encontrar y aplicar esa “ventaja diferencial” que lograra avisos que resaltaran algo, en medio de un océano de ellos…

No entiendo por qué se abandonaron las historias, por qué se cree que “decir las cosas directamente” es más efectivo que presentar algo que el espectador acepte, haga suyo y, por supuesto, actúe en concordancia y si es posible, repita o recomiende…. Está bien que un precio bajo atraiga, pero eso pasa, porque uno recuerda poco los números, que, al fin, son fríos. Siempre he repetido aquello de “Un muerto, es una desgracia; un millón de muertos es una estadística”; y me perdonarán, pero la experiencia me dice que UNA historia, bien contada, EMOCIONA, pero millones de historias, reducidas a números, barras o curvas, son eso: Números, barras y curvas, puramente RACIONALES.

La creatividad, es pues, esencia de la publicidad y si bien esta necesita de APOYOS racionales, lo más probable es que sean las emociones lo FUNDAMENTAL.

Llamar la atención, “salir de la caja”, romper el molde, evitar lo trillado…: ¡DIFERENCIARSE! ¿Eso es lo que hace la publicidad hoy…?

Francamente, no me parece que esto esté sucediendo…

 

 

Imagen: blog.feliway.com

 

 

lunes, 12 de abril de 2021

BLANCO Y NEGRO

Positivo y negativo. Blanco y negro…

 


Cuando llegué a la publicidad, había mucho que ni se soñaba y lo que hoy vivimos parece un cuento de hadas en comparación…

Para empezar, el blanco y negro de la televisión, a la que entonces le llamaban optimistamente, “la pantalla de plata”; blanco y negro de la película con la que se filmaban los spots, tiempos de “revelado”, de “doble banda”, de “moviola”, del “chino” Kohata para procesar la película, de Monsieur Henri Aisner y Telecine, de un Cine70 primigenio…

Tiempos en que para un spot en blanco y negro la cromática no era decisiva; no importaban mucho los colores, sino que contrastaran bien y tampoco era un “must” que el ambiente o la escenografía fueran coloridos (Todavía recuerdo haber visto escenografía en un canal de tv, donde el gris en algunos tonos claros u oscuros, el negro y el blanco eran los únicos colores existentes) ...

Por supuesto que las “microondas” vendrían después, como el teléfono celular ubicuo y las hoy siempre presentes computadoras…  

Cuando miro atrás y recuerdo mi máquina de escribir mecánica, atornillada al escritorio en McCann, a Florcita, la secretaria de creatividad, respondiendo el teléfono y pasándole la voz a alguno de nosotros para que fuera a atender la llamada…; a Violeta, en medios, con su calculadora mecánica, dando vueltas a la manivela para adelante y para atrás y los numeritos cambiando en las ventanitas de la máquina…; cuando llegaba un télex…; cuando…

Pienso que han pasado cincuenta años, medio siglo y que he sido testigo de la realización de sueños nunca soñados, actor en una obra de teatro no imaginada, protagonista de una especie de cuento de ciencia ficción…

Pienso que he tenido la suerte de ver y ser parte de un cambio, que hoy hace un presente, donde toda maravilla es natural…

Pienso que el tiempo pasa y, que, si no corremos, nos quedamos atrás; que lo único que no cambia es el cambio, pero que es increíble haber estado en medio de esos movimientos y ser parte del ayer y del hoy…

 

 

Imagen: dreamstime.com

martes, 6 de abril de 2021

LA ARMÓNICA DE CUARZO

Me voy a permitir escribir sobre algo muy personal, que como dice el título, tiene que ver con la música y la publicidad. Ambos temas se juntan en mi ánimo, hoy que Coco Chiarella no está…




Cuarzo fue su agencia de publicidad y Coco tocaba maravillosamente bien la armónica. Por supuesto, el teatro era su gran pasión y fue por el teatro como lo conocí, en un lejano 1966…

Ya he contado antes que fue gracias a él que empecé a participar del teatro, en el TUC; también gracias a Coco, “descubrí” la armónica (el instrumento musical más vendido en todo el mundo y del que se calcula existen más, que todos los demás instrumentos juntos), que para mí era el “rondín” corriente, que de chico había tenido varios, obviamente de juguete, pero que sonaban, y aunque la hubiera escuchado, no la imaginaba como un instrumento musical serio. Coco varió por completo mi percepción, introduciéndome en un mundo musical, donde el virtuosismo era la norma y mi asombro entusiasta fue el resultado. A partir de ahí, un disco de 33rpm del sello “Mercury” (lo recuerdo clarísimo) del pequeño y famoso grupo norteamericano “The Harmonicats”, se volvió mi favorito y renovaba el asombro cada vez que lo escuchaba…

Algún día, Coco me contó, que, en el ómnibus del colegio, iba Pepe Meza y lo escuchaba tocar la armónica (Tiempo después, Pepe fundaría “Quorum” y contrataría a Coco como creativo); como habrán visto, la publicidad y la armónica tuvieron un lazo de unión en la vida de mi amigo…

Escribir sobre “Cuarzo” (su exitosa aventura publicitaria), sería un poco ocioso, porque están frescos todavía sus logros publicitarios…, pero también como me comentaba Mimi Sano, dirigió comerciales para “Cine70.”

Pero siempre el teatro fue su gran pasión y no paró nunca, aunque en épocas en las que este no daba para vivir, tuvo hiatos de diverso tamaño y uno de ellos –tal vez el más largo- fue la publicidad. Digo que no se detuvo, porque con gran esfuerzo creó la sala teatral “Ricardo Blume”, nombrada así en honor del “Maestro”, en la que, en Jesús María, ofrecía –si no me equivoco- un teatro circular único en su género, por lo menos en el Perú…

Creo que es muy importante que quienes recuerden a Coco como publicista, sepan que, como tantos profesionales de la comunicación, mi amigo tenía un abanico muy grande de intereses y habilidades en su inmenso corazón y fértil hacer. Maestro, músico, publicista, actor, director, hombre de teatro íntegro, emprendedor, abogado (no sé si se graduó) … Coco Chiarella fue, principalmente un HOMBRE BUENO, perfeccionista, con la sonrisa siempre a flor de labios y, sobre todo, gran amigo. Ese amigo que al irse deja un vacío, pero que nos lega la Esperanza, esa que produce alegría.

Gracias por permitirme escribir sobre mi amigo.

Imagen: www.ngenespanol.com