martes, 28 de diciembre de 2021
COMPARANDO CHOCOLATES DE TASA TOPS EN LIMA/ PERÚ
miércoles, 22 de diciembre de 2021
TODO TIENE SU FINAL
Es
totalmente cierto y lo creo así, que absolutamente todo tiene un tiempo de
vida, que este termina en algún momento y personalmente me parece no solo
importante sino honesto, con los demás y con uno mismo, el aceptar que el
tiempo de “hacer”, se ha cumplido con creces …
Esto
no debe resentir a nadie, porque es lógico que suceda; hay que dar la
bienvenida a los “recambios” y no verlos como si fueran una competencia que
logra correr más y dejarlo a uno como poste, en mitad de la pista de carreras …
En mi
caso, hace bastante que sé que llegó el término de lo que fue mi carrera como
publicitario, en una actividad tan divertida como la creatividad. Empecé en
1969 y hace rato que cumplí los 50 años de entretenerme creativamente, con
relativo éxito, éxito que –debo reconocer- es en inmensa parte, mérito de
quienes tuvieron la paciencia de enseñarme y tolerar los errores que han
salpicado mi tránsito por la profesión …
Es
verdad también que, a las enseñanzas, sumé mis ganas de aprender, un espíritu
medio aventurero que me permitió arriesgarme –a veces sin medir bien las
consecuencias- y curiosidad, mucha curiosidad, que resumo siempre completando
la frase “La curiosidad mató al gato”, con la pregunta “¿Y qué es lo que quería
saber el gato...?”
Tuve
la fortuna de poder enseñar creatividad publicitaria, a la vez que trabajaba en
ello en diferentes agencias de publicidad; es decir, la práctica me fue
dictando la teoría y las uní, tratando de que cada vez fuera menor lo que para
mí empezó como un experimento, en un ya lejano 1985. Idear “de la nada” el
curso de creatividad publicitaria, ha sido una de las mejores aventuras de mi
vida, de esas, en las que, al calor de una hoguera, el narrador mantiene en
vilo a los que se reúnen, al abrigo de un fuego amistoso. Confieso que, a lo
largo de esos años, aprendí más de lo que pude enseñar …
Como
digo, todo tiene su final y ya no “hago” publicidad, sino que, como creo que ya
dije en un post anterior, estoy “en la barrera”, mirando y sí, comentando,
porque esto que escribo son comentarios. Digamos que ya no “creo comerciales”,
sino que miro los que hay y escribo, porque eso sí, escribir es algo que hace
tanto tiempo que hago, que parece que me sale tan natural como hablar.
Supongo
que son cosas de un viejo publicista, que siente que todavía tiene algo que
decir …
Manolo Echegaray.
Imagen: https://es.123rf.com
miércoles, 15 de diciembre de 2021
UN DÍA CUALQUIERA NUNCA ES CUALQUIER DÍA
Pongamos
un lunes. Tiene una pinta de lunes increíble, porque después de un domingo
descansado y casi ocioso, se despereza y trata de sacudirse la flojera para
enfrentar el trabajo nuevamente y este lunes cualquiera, que comienza despacio,
como a regañadientes y con un “boost” de café (“a la vena”, como decía un
amigo), empieza a traer novedades que van amontonándose: Un aviso para
periódico de aceite comestible, sin nada más que una descripción del producto,
que “aclara” que es aceite comestible y 100% de origen vegetal y una foto del
nuevo envase. Junto con esa “orden de trabajo” llegan otras tres, que son para
un comercial de radio para el dentífrico cuya cuenta publicitaria llevamos y el
texto para un folleto explicativo de lo que es una especie de roldana para izar
las redes de pesca, para un público bien específico. Dentro del sobre de esta
“orden” hay una descripción del producto y varias fotos del mismo “en acción”,
bolicheras y redes llenas de pescado.
Llaman
a “reunión de los lunes” donde nos juntaremos ejecutivos de cuenta, redactores,
directores de arte, el gerente y por supuesto, el encargado de coordinación,
para hacer una revisión de lo hecho la semana que pasó, revisar si es que hubo
algún problema y planificar la semana que empieza, alertando si hay alguna
urgencia o algo especial.
Más
café, casi todo el mundo fuma y yo preparo mi primera pipa del día. Charla
insustancial al principio, para después ir “calentando” el ambiente, que es
bastante perezoso. Felizmente todo ha ido bien y no hay reclamos ni demoras.
Increíblemente, el coordinador no se queja de nada y cada uno habla brevemente,
si es que dice algo. Hay que prepararse, porque el cliente más grande, que nos
confía una línea completa de cosméticos, quiere una reunión para plantear sus
necesidades. El ejecutivo de la cuenta dice que es algo institucional “pero
vendedor”. Yo lo miro con cara rara, porque no es común que las dos cosas vayan
juntas…
Las
tazas están vacías, los ceniceros llenos y la reunión termina. Cada uno va a su
escritorio o a su tablero y Rodrigo va a limpiar la sala de reuniones (no sé
qué haríamos sin Rodrigo “El Múltiple”, que es conserje, ayudante de ocasión,
mensajero de tarde y campeón de la limpieza).
Este
lunes que prometía ser un día cualquiera, no ha hecho sino empezar y va a ir
tomando velocidad –esa velocidad tan propia de la publicidad, donde todo es
“para ayer”- convirtiéndose en una especie de torbellino que en mi caso va a
ser escribir, escribir, escribir, imaginar cosas, aprender cómo funcionan las
roldanas famosas, café, una pipa más, una pausita para un sandwich del
restaurante que hay en el primer piso y nos hace “delivery” en cualquier
momento, comido en el escritorio, más café y a seguir escribiendo.
Cada
uno está en lo suyo, hay un par de reuniones de los ejecutivos con sus clientes
y los directores de arte dibujan (no hay computadoras todavía), los redactores
escriben o miran al techo y el coordinador se pasea entregando órdenes de
trabajo”, chequeando que se estén cumpliendo las fechas.
Es un
día cualquiera, pero no es cualquier día, porque como a las seis de la tarde,
el gerente entra al departamento creativo y nos dice que ganamos la cuenta.
Esa, para la que hicimos la presentación hace dos semanas. Todos sonreímos y
hay aplausos. En realidad, lo que nos espera es más trabajo. Cliente nuevo.
Pero eso es lo que nos gusta. Por eso estamos en publicidad …
Imagen: https://agustinasmisioneras.net/wordpress
martes, 7 de diciembre de 2021
¿CREAR DE LA NADA?
Para el creativo publicitario, la “nada” en su trabajo, no existe. La palabra “nada”, lo dice todo: inexistencia de algo.
El
creativo o creativa cuenta, muchas veces sin notarlo, con un nutrido equipaje
de recursos, que van apareciendo conforme avanza en su tarea y los aplica casi
de manera automática, más, si lleva tiempo en el oficio …
Lo
que digo puede parecer una tontería, pero es que la pregunta “¿De dónde sale lo
que quien crea para publicidad, hace …?” me la han hecho mucho, sobre todo
diciendo “¿Cómo se te ocurren esas cosas?” y entonces creo que es una buena
oportunidad para decirlo: La nada, no produce nada. Está vacía …
Por
eso, nunca he creído que un redactor o artista gráfico, sea mujer u hombre, que
se dedica a la publicidad, no puede ser un “recién llegado”, alguien que no
tenga conocimiento de nada y triunfar instantáneamente. Se requiere de un
bagaje personal, de un “contenido” variado, que permita abordar, con solvencia,
los múltiples temas sobre los que tendrá que aplicar su creatividad …
No
hallo otra palabra mejor, para definir ese “contenido”, que CULTURA, que viene
de cultivar y, lo siento mucho, pero no se cultiva lo que no existe … La
cultura no es algo que se tome en una pastilla, ni tampoco se produce un jueves
al despertarse y uno, de “un día para otro”, se vuelve “culto”; la cultura
necesita del tiempo y por supuesto, de materia prima.
No
estoy diciendo, por favor, que solamente puedan ser cultos los viejos (porque
la ignorancia no conoce edad), pero mientras más tiempo se vive, hay
oportunidad de saber más, de seguir haciendo crecer el equipaje personal …
Escuché
una frase, que me parece decisiva y que querría citar, utilizándola para el
final:
“QUIEN MÁS
SABE, MÁS DISFRUTA”
Y es
que crear, es disfrutar … Por lo menos, lo puedo atestiguar, aunque
francamente, no es que sepa mucho, pero como dicen, “estoy en eso” …
Imagen: https://www.freeimages.com/es
Manolo Echegaray.
martes, 30 de noviembre de 2021
LA INCERTIDUMBRE
Vivimos
en un mundo que necesita de certezas para poder avanzar, porque si se ignora
totalmente lo que viene, es necesario buscar los indicadores que nos brinden la
dirección correcta. La seguridad que solo da la certeza.
Esto
que pueden parecer simples palabras es lo que sucede desde siempre y de muy
antiguo, el ser humano ha recurrido a diversas maneras y métodos para tratar de
obtener respuestas que le permitan tomar decisiones y no equivocarse al
hacerlo…
Desde
los arúspices que “leían” el futuro en el vuelo de las aves o buscaban
encontrar indicaciones sobre determinados temas en las entrañas de los
animales, desde los “oráculos” que “interpretaban” la voz del dios y la
transmitían hasta lo que hoy conocemos como “encuestas” y son la recopilación
de respuestas a ciertos asuntos, ofrecidas por grupos determinados de
población, el tiempo ha corrido y hoy nos fiamos en esto último para obtener
certezas, descartar la incertidumbre y guiarnos por el camino correcto.
Esta
generalización viene a cuento porque, cuando prácticamente todos se orienta con
estos instrumentos, que si son bien aplicados son muy fiables, hay quienes
–cuando les conviene- no creen en su validez y dicen que son un elemento de
mentira y arma de ataque de los opositores. Pasa –lo vemos- con muchos
políticos de diversas tendencias que proclaman “no creer en las encuestas”,
sobre todo cuando estas les son adversas. Eso es francamente estúpido, porque
si una encuesta está bien hecha y sus resultados coinciden –puntos más o menos-
de modo ajustado con otras diferentes, lo que se está haciendo, es negar la
realidad y no tomar en cuenta las señales.
Sucede
lo mismo en publicidad, donde la investigación de mercado es fundamental para
tomar decisiones y orientar lo que se haga en materia de comunicación. He
escrito ya sobre esto y no quisiera abundar más, pero cuando veo a la
publicidad que en algunos casos está absolutamente errada o desorientada, me
doy cuenta que detrás falta la investigación y se está confiando en la “suerte”
o en una percepción personal que no tiene que ver con la opinión del segmento
de mercado al que se dirige…
Es
verdad que la investigación tiene un costo que se traduce en dinero, tiempo y
trabajo, pero ese costo es la inversión que se hace para tener certezas.
Confiar
en el propio “olfato”, en la “suerte” y “en lo que percibo” es, lo repito,
francamente estúpido…
Manolo Echegaray
Imagen:
https://www.antoniopulido.es
martes, 23 de noviembre de 2021
POR SI LAS DUDAS…
Esto que escribo vale para todos, pero en especial para el creativo o creativa de publicidad que se dedica a la redacción …
Si
existe una duda, por mínima que esta sea, es menester despejarla, porque de
otra manera se mantendrá un error, que en el caso de aquellos que tienen la
comunicación como oficio, resulta “letal”, debido a que se va a esparcir y si
es advertido, le quitará efectividad a lo comunicado, además de dejar muy mal a
quien esparza el error …
Por
esta razón es importantísimo corroborarlo todo y si existe alguna duda sobre
cualquier tema (desde la ortografía correcta hasta el dato exacto), no quedarse
con ella por propio conocimiento y por responsabilidad profesional …
Puede
ser que parezca que estoy exagerando, pero vemos a diario como la
irresponsabilidad es patente en algunos comunicadores, tanto en los diversos
medios como en la publicidad.
La
credibilidad de quien comunica es imprescindible, precisamente porque lo que
hace es orientar y no, por un error, se va a inducir a los demás a equivocaciones,
que si son advertidas … ¡Peor para
él/ella!
La
publicidad, lo sabemos todos, es comunicación en nombre de un cliente y/o
producto. Los errores de quien crea para publicidad serán atribuidos al cliente
o al producto y eso es mortal …
Es
tan sencillo corroborar, comprobar y si es necesario, corregir, antes de
publicar, que no hacerlo no es más que estupidez. Una que puede costar el
puesto de trabajo.
Imagen: https://cincodias.elpais.com
martes, 16 de noviembre de 2021
¡BANG, BANG, BANG…! ¡OH-LA-LA!
Que,
en medio de las balas y una lluvia de vidrios, se atisbe, sacando la cabeza y
se diga “¡Oh-La-La!”, no es lo mejor que puede suceder, o por lo menos, parece
parte de una escena de ficción …
Bueno,
las escenas de ficción esconden verdades que no tienen nada de imaginarias,
sobre todo si eres parte de ella: Precisamente el que atisbaba, en medio de las
balas y la lluvia vítrea … ¡Era yo!
Es
que cuando uno tiene diecinueve años, puede ser lo bastante inconsciente como
para pasar por situaciones –vamos a decir – embarazosas, por no decir de
peligro …
Tenía
esa edad aproximadamente; edad en que la plata no alcanza y tampoco es que se
presenten muchas oportunidades para ganar algo y evitar andar pidiendo en casa,
propinas, que además de ser escasas, resultan –se piensa, con los labios
apretados- vergonzosas, porque a esas alturas, muchos amigos ya trabajan y uno
estudia algo por las mañanas y hace lo que le gusta por las tardes, pero por lo
que no le pagan …
Finalmente,
ese era mi caso: Poco dinero en el bolsillo, estudiar, ser y sentirme parte de
un grupo que hacía lo que le gustaba, que era el teatro. Pero tengo que aclarar
que mi acercamiento a este se debió a la amistad y a que a mí me gustaba “hacer
sonido” –o sea, grabar sonidos y “editar” música diversa, para escuchar por
horas y no tener que cambiar discos al hacerlo- y cuando un amigo me dijera si
podía “poner sonido” a una obra teatral que iba a estrenar en la escuela de
teatro de la Universidad Católica –el hoy mítico “TUC”- donde co enseñaba
actuación, me pareció fantástico …
Era
verano, no tenía mucho qué hacer en esas vacaciones de tres meses, me entusiasmé,
lo repito, y dije que sí … Y así me encontré colaborando con Coco y con el
“TUC” … Como dibujaba bastante bien, hice un par de afiches grandes para que
formaran parte de la escena y diseñé el programa de mano, al que le hice,
recuerdo, dos figuras, bastante sugeridas nomás, una blanca y la otra negra
(para diferenciarlas) que querían representar a dos trapecistas, “volando” en
el aire …
Iba
por las tardes – noches a los ensayos, de “La Sentencia”, donde ponía en mi
grabadora “Sony”, los efectos sonoros que había grabado… ¡Me sentía un
“sonidista” de teatro!
En el
“TUC” ya estaba también mi amigo Lucho e hice amistades que son inolvidables,
empezando por el director y motor de la institución, Ricardo Blume (hoy
fallecido), Silvia –su esposa- y un sinfín de otros entusiastas jóvenes -mujeres
y hombres- que formaban en “TUC” un maravilloso grupo humano …
En
algún otro lugar contaré más de mis andanzas teatrales (que no es que fueran
muchas, pero sí muy intensas), pero volviendo a la historia inicial, tengo que
decir que, de una casa productora de cortos para publicidad, pidieron al “TUC” actores,
y se publicó un avisito en la pizarra de mensajes. La empresa llamada
“Telecine”, era de propiedad de “monsieur” Henri Aisner, y huelga decir que
fuimos, como se dice “en mancha” y aunque yo no era propiamente un actor, me
sentía “teatrista” …, y por esas cosas que tiene el destino, me escogieron para
interpretar un papel pequeñísimo, figurando como cantinero de los años ´20, en
lo que sería un comercial para Ecuador, de una bebida gaseosa llamada “Manzana
¡Oh-La-La!”. Se trataba de introducir al mercado una nueva botella de la
gaseosa, y para hacerla corta, contaré que la trama mostraba a unos “Bonnie
& Clyde” que entraban a un bar y “barrían” con sus ametralladoras (de esas
típicas, “de tambor”), con las botellas “viejas” de la bebida, que estaban
alineadas en anaqueles, detrás del mostrador … Entraban, miraban, disparaban, volaban las botellas y yo, el
cantinero que se había escondido tras el mostrador al ver entrar a los
“bandidos”, tenía que asomar la cabeza, poner cara de susto, decir “¡Oh-La-La!”
y volverme a esconder …
Mi
susto era tal (porque eran balas de verdad y los vidrios volaban por todas
partes) que creo que ni Peter Sellers, guardando las abismales distancias,
habría puesto una cara tan verídica de terror como la mía, en ese momento.
Recién entonces comprendí el por qué me habían puesto dos planchas de metal,
una en el pecho y otra en la espalda, debajo del chaleco que formaba parte de
mi “vestuario/maquillaje”, con la corbatita michi, el pelo engominado, peinado
con raya al medio, patillas largas pintadas con carbón, el bigote (postizo) y
por supuesto, sin los anteojos que usaba siempre …
Yo
había creído que reventarían cohetes entre las botellas o no me imaginaba qué trucosusarían
para hacerlas saltar, pero … ¡Disparaban de verdad y las botellas volaban
esparciendo una lluvia de vidrios…! Detrás del camarógrafo, había una persona
que con una escopeta calibre 22 (después supe que se llamaba Manuel y fue mi
amigo, lo mismo que quien filmaba, que era Alfonso), disparaba y me gritaban:
“¡Ahora, sal…!”, cosa que yo no hacía de puro y “verífico” terror, hasta que,
como insistían (y deben haber agregado un “¡carajo!” por ahí), lo hice y quedó
filmada la escena, que tenía que hacerse en una sola toma, porque no había más
botellas para repetir …
De la
anécdota no recuerdo nada más, salvo que tenía el pelo engominado lleno de
vidriecitos, que no me había pasado nada, que las dos planchitas de metal me
habían “protegido” (no sé cómo lo iban a hacer, en realidad) de un posible balazo,
que me cambié de ropa, y ya sin el bigote postizo, me lavé la cara y fui a
casa, en un taxi, jurando que nunca más haría un “comercial” … Cosa que por
supuesto, resultó ser mentira.
Bueno…,
larga la historia. Estoy seguro que ha tomado mayor tiempo contarla, que el que
tomó en suceder. Perdonen, pero así son los recuerdos …
Imagen (referencial): https://co.pinterest.com
martes, 9 de noviembre de 2021
DIRECTOR CREATIVO
En
una agencia de publicidad, el director creativo es el responsable del producto
que la empresa ofrece a sus clientes y cuando los integrantes del equipo
creativo son varios o son muchos, su papel será como el del director de una
orquesta, sea de cámara o sinfónica; se trata de que, conociendo la partitura,
todos los instrumentos suenen en el momento indicado (lo bien que suenen
dependerá del ejecutante) y de modo que ofrezcan una melodía armónica y no sea
ruido el que se escuche …
Aunque
el director de la orquesta sepa tocar a la perfección algún instrumento (que en
el caso del director creativo será el dominio de la escritura, el dibujo o el
diseño), no es algo imprescindible, pero sí es importantísimo, necesario y
vital, que sepa música, leerla y transmitir con sus movimientos lo que esta
debe expresas en cada momento y marcar el “tempo”, indicar cuándo debe tocar
cada instrumento o grupo de ellos y cuando deben parar. Tendrá la música “en su
cabeza” y logrará que toda la orquesta no solo suene bien, sino que interprete
correctamente la pieza musical …
El
director creativo de una agencia de publicidad, trabaja con un grupo de
personas y cada una de estas es diferente; son especialistas, profesionales, en
alguna actividad ligada a la creación o a la producción de esta misma creación.
Es un grupo heterogéneo y cada uno tiene su propio modo de ver las cosas. En
este pluralismo de labores, de modos de ver las cosas y opiniones, está la
riqueza del departamento creativo.
El
director ha de saber “manejar” a esas diferentes personalidades profesionales y
lograr que todos vayan en una dirección correcta, respetando los pareceres de
cada uno, pero consiguiendo que armonicen …
No es
fácil ser director creativo. No se trata de hacer lindos dibujitos o bellos
textos. Hay que conseguir lo mejor, creativamente hablando, de un grupo de
profesionales que ejecuta cada uno un “instrumento musical” diferente. Tienen
que sonar bien como grupo, producir “música” que sea agradable al oído y que
motive …
Si
alguien dijo que el director creativo “no hace nada”, piense en una orquesta
sin director y se dará cuenta que, sin este, o con un incapaz en ese puesto,
todo se desordena, cada uno va por su lado y el resultado es caóticamente
desastroso. Igualito que en publicidad.
Manolo
Echegaray.
Imagen: https://m.facebook.com
martes, 2 de noviembre de 2021
RESUMIDO y SIMPLE
Un
resumen es la condensación de algo.
Cuando
el agua se condensa, por ejemplo, se convierte en vapor. El vapor puede
percibirse y lo que fue líquido, ahora está suspendido en el ambiente …
Si
tratara de hacer una definición, aunque algo antojadiza y personal, de la
publicidad, diría que es un resumen. Todo en ella es un resumen, porque en
publicidad se trata de reducir, resumirlo prácticamente todo …
Lo
escueto, aquello que en pocas palabras lo dice todo de algo; la que con una sola
imagen provoca un cúmulo de pensamientos y sensaciones, la que con una pequeña
canción produce emociones. La publicidad es el territorio donde lo mínimo no
solamente triunfa, sino que es imprescindible …
Nunca
me olvidaré de “La pausa que refresca”, el eslogan de Coca-Cola que encierra
toda una promesa placentera en cuatro palabras breves, donde la más larga tiene
8 letras, de un total de 18. Aquí, como es correcto, el slogan define, nos dice
brevísimamente lo que de veras nos interesa saber sobre un producto cuando lo
recordamos. Es un resumen de lo que Coca Cola ofrece en un momento determinado:
relax y frescura.
Los
eslóganes son un ejemplo de economía, de brevedad, de resumen de algo mucho
mayor, que sirve para que lo identifiquemos y nos dice lo que este es o hace y
sería interminable proponer una lista de esos aciertos publicitarios que se
repiten millones de veces, siendo el recordatorio de cuanto se nos pueda
ocurrir, desde pastillas para el dolor, hasta entidades bancarias …
Siempre
estará en mi memoria también, el logotipo que suma magistralmente texto e
imagen de la ciudad de Nueva York y que es de autoría del fantástico diseñador
artista Milton Glaser, que según cuentan, lo realizó, con un crayón rojo, mientras
se trasladaba en un taxi …
He
escrito profesionalmente para publicidad desde 1969, en el siglo pasado, y
aprendí desde el primer día que debía ser breve, o sea que pido disculpas por
la extensión de este artículo que debió ser más pequeño, y termino …
La
palabra simple, se une a resumido en el título, porque esto es lo que hace la
publicidad: Resumir lo extenso y farragoso, de manera sencilla, o sea simple y
decirlo.
Manolo Echegaray
Imagen: https://es.wikipedia.org
miércoles, 27 de octubre de 2021
EL PRIMER LIBRO PERUANO DE ¡5 METROS!
5 metros de poemas es un poemario de Carlos Oquendo de Amat, escrito entre 1923 y 1925 y publicado por primera vez en Lima, en 1927 por la editorial Minerva.
Es el único poemario del autor, que recoge 18 poemas. Fuera de él solo publicó unos pocos poemas en revistas de la época, como Amauta (revista). Se trata de un libro-acordeón ya que, literalmente, se abre mostrando sus "cinco metros de poemas". Existe una advertencia, antes del primer poema titulado "Aldeanita", en la que el autor dice: "Abra el libro como quien pela una fruta" 5 metros de poemas es un poemario llamativo por su variedad visual, por sus contenidos de veloz lectura y por la originalidad en la diagramación, utilizando formas y palabras ágiles, adelantándose a su época. Según Carlos Germán Belli, la concepción de este libro tiene su punto de partida en el pensamiento de Jean Epstein, quien, en un estudio sobre la poesía vanguardista afirmó: "Antes de cinco años se escribirán poemas cinematográficos: 150 metros y 100 imágenes en rosario en un hilo que seguirá la inteligencia". Este libro se incorporó desafiante a la corriente vanguardista, caracterizada por una intención renovadora, de avance y exploración.
martes, 26 de octubre de 2021
NO SE PUEDE COMUNICAR LO QUE SE DESCONOCE (Por Manolo Echegaray)
A veces se piensa que el oficio de redactor en publicidad es algo sencillo, que la plata “entra bien fácil”, porque se trata de “escribir nomás” …
No es que sea un ejemplo, pero a mí me costó mucho ser redactor publicitario, la plata entraba con cuentagotas y eso de “escribir nomás” es mucho decir, porque la real realidad es que para escribir se tiene que aprender a hacerlo; para aprender a escribir hay que leer mucho, de todo, constantemente, hay que conocer el idioma con sus reglas y vericuetos, hay que aprender a escribir para publicidad y además de todo lo anteriormente dicho, tener la información necesaria …
La “materia prima” de un redactor de publicidad, como la de todos los que escriben, es la palabra y a ellas, hay que saber acomodarlas, jugar, darles el valor adecuado, además de – lo diría- casi, hay que acariciarlas …
“manejar” la materia prima y convertirla en algo usable, atrayente y convincente es un trabajo lleno de errores y algunos aciertos, con avances y retrocesos, tachaduras y borrones. Es usar la palabra justa y ajustar el número de palabras, tratando de que lo escrito sea un bocado rápido y a la vez sabroso; que deje un buen sabor y provoque …
Escribir para publicidad, requiere saber que, si se puede usar dos palabras para decir algo, tres resultan una multitud innecesaria y gritona …
Finalmente, lo más importante y que da pie al título de este artículo: HAY QUE SABER ACERCA DE LO QUE SE ESCRIBE, porque definitivamente nadie podrá escribir sino tonterías, sobre algo que, como se dice, “no conoce ni en pelea de perros” …
Es que escribir para publicidad, es comunicar y no se puede comunicar lo que no se conoce.
Imagen: https://za.pinterest.com
lunes, 25 de octubre de 2021
Acróstico de la Palabra Publicidad ¡no te la puedes perder!
Muchas veces me preguntan ¿qué es la publicidad? por ello decidí hacer este acróstico y poder dar su definición de una manera más divertida, no se la pierdan
lunes, 18 de octubre de 2021
EL ROBOTARIUM
Estoy
seguro que si algún ex alumno de mi curso de Creatividad en el Instituto
Peruana de Publicidad –IPP- ve el
título de este artículo, sonreirá, recordando su extrañeza, cuando el profesor
(o sea yo), l planteó en clase, hacer un ejercicio creativo y de presentación
de campaña de algo raro, con el nombre extraño –medio de ciencia ficción- de un
producto inexistente, promovido por una empresa (claramente ficticia) llamada
“Stupid Enterprises”, que tenía su sede en Arequipa …
El
“Robotarium”, era, según definición, lo que los gringos llaman “a piece of
conversation”, algo que no sirve para nada en realidad, sin utilidad alguna,
salvo servir como tema sobre el cual conversar: la incubadora de robots.
El
Robotarium constaba de un contenedor/protector/visor, que era un cilindro de
plástico transparente, de unas dos cuartas de alto, con tapa y base de también
de plástico, pero color negro, que tenía dentro una “cama” de viruta de acero,
sobre la que descansaban tres esferas sólidas de acero, que eran “huevos de
robot”, que, según la información provista, eclosionarían en 200 años, dando
nacimiento, cada esfera/ “huevo”, a un pequeño robot.
Como
el tiempo estimado para la eclosión de los “huevos” superaba la vida normal del
ser humano propietario del “Robotarium”, se proveía de un “Certificado de
Propiedad”, documento que serviría para que el artículo pudiera pasar de
generación en generación, como una herencia, hasta que ocurriera el nacimiento
de los robots …
Repito
que el “Robotarium” no servía para nada, salvo tal vez de adorno o como una
curiosidad excéntrica; todo, por supuesto, era pura ficción, pero tenían que
preparar una campaña publicitaria para venderlo y efectuar la presentación en
clase, grupo por grupo, con los demás compañeros y el profe como público; por
supuesto, también había que redactar y diseñar el “Certificado de Propiedad”.
Recuerdo
como nos divertimos con las presentaciones de campaña, para las cuales algunos
grupos montaban previamente una escenografía y adornaban el salón …
Era
increíble ver la manera creativa con la que abordaban el tema, con puntos de
vista y propuestas publicitarias distintas, que se expresaban en diversas
piezas como afiches, avisos, folletos, comerciales para la televisión y la
radio, dejando volar la imaginación, y todo, alrededor de algo ficticio …
El
“Robotarium” fue un trabajo loco, extraño, pero quizás por eso, muy popular y retador,
que después dio paso a productos como la pastilla que producía orina luminosa,
el libro con todas las páginas en blanco y otras “locuras” que, en general,
buscaban aguijonear la creatividad publicitaria haciendo que compitieran con
ideas que podían “aterrizar” en piezas de comunicación dirigidas a un
hipotético grupo objetivo …
¿Quién
dijo que uno no se divierte, creando para publicidad?
Imagen: https://www.freepng.es
Manolo Echegaray
viernes, 15 de octubre de 2021
Quedé FINALISTA de un PREMIO PUBLICITARIO...pero NO GANÉ (Fuertes declaraciones)
Fue una grata experiencia. Siempre digo que el que gana no es el 1ero sino el que siente que ganó
martes, 12 de octubre de 2021
NO TODO ES UNA ANÉCDOTA
La
publicidad, contada por alguien que la ha ejercido, en el área creativa, por
ejemplo, suele ser una sucesión de anécdotas, especialmente cuando se trata de
contarla a otros…
Entonces,
la vida se parece convertirse en anecdótica y no reviste importancia, pero sin
restarle ningún valor a las anécdotas, la vida del publicitario es muchísimo
más que momentos recordados y que se ensartan como cuentas en un collar o tal
vez en un rosario…
La
vida, para quien, como es mi caso, ha transitado por el camino de la publicidad
por medio siglo, ha sido un constante desafío, un tratar de adelantarse,
convirtiéndolo casi todo en algo “para ayer” y sentir que las manecillas del
reloj empujan y el calendario es un vertiginoso enjambre de días que se suceden
sin piedad …
Resulta
que todo empieza con una inocente “orden de trabajo”, que esconde dentro algo
desconocido, pero “urgente” y que es seguida detrás por otras, que deben ser
millares, porque se pierden de vista en la lejanía del futuro …
Sí,
la “orden de trabajo” va marcando la vida profesional y convierte a los días en
enjambre y enloquece a los relojes, cuyas manecillas y números se convierten en
inimaginadas pesadillas …
Puede
parecer un asunto banal, visto desde fuera, pero la “orden de trabajo” da
inicio a esa carrera que supone el acopio de conocimientos sobre temas variados
y a veces abstrusos, decisiones de cómo comunicar algo a personas distintas y
lograr que éstas, no solamente entiendan el mensaje, sino que se sientan
impulsadas a la acción positiva; en dos palabras, a usar o a comprar, porque,
perdonen, la publicidad, de cara al público, no puede ser meramente
informativa. Ha de producir resultados y estos deben poder medirse.
La
“orden de trabajo” es el pistoletazo de salida para una carrera y sonarán
muchos pistoletazos, uno tras otro o varios a la vez y el corredor tendrá que
estar en forma e ingeniárselas, porque participa en todas y no puede perder una,
sino ganarlas siempre …
A
veces me pregunto cómo se “aguanta” tanta presión y me digo que es por la
alimentación y también por la recompensa, porque uno engulle conocimientos que
van satisfaciendo el hambre, la necesidad de saber y al final, la victoria
alcanzada, el éxito, premian al corredor, aunque falten muchas carreras más que
hay que correr y, por supuesto, hay que irlas ganando todas.
Aumentar
el saber y sentir la palmadita en la espalda que nos da la victoria esos han
sido, lo confieso, mi motor y “secreto”…
Imagen: https://significado.com
martes, 5 de octubre de 2021
CAMBIO DE TECLADO
Cuando
empecé en esto de la publicidad, el escritorio que me asignaron en McCann, tenía
dentro un secreto que, lo confieso, me asombró y fascinó… Me enseñaron que
empujando un asa metálica que estaba al borde de lo que evidentemente era la
superficie plana “de arriba, esta se daba vuelta y aparecía una máquina de
escribir, mecánica, marca “Royal”, como por arte de magia. La máquina, claro,
estaba atornillada a la cara interna de la superficie de madera, para que no se
cayese al hacer el movimiento inverso, que volvía a “convertir” el mueble, en
un escritorio con la superficie libre para escribir a mano, poner papeles,
libros, etc.
Cuento
esto, porque para mí fue la primera vez que veía lo que tal vez era bastante
común, porque le llamaban “escritorio de periodista”, aunque para ser sincero,
en mis muchas visitas a periódicos en esa época, nunca vi uno así de “mágico” …
Mi
primera máquina de escribir o “teclado”, en esta profesión, fue pues una
máquina mecánica y metálica, pintada de un color marrón clarito. Era,
evidentemente, la “herencia” del redactor anterior y no estaba nueva (lo último
que hubiera podido pedir alguien a quien la daban la “oportunidad” de ser
redactor y un mes de plazo para “demostrar” que servía, era una máquina de
escribir nueva), pero esa fue mi primera “arma” en esta profesión (porque
aprobaron que me quedara en el puesto), que “cargaba” con hojas de papel
“bulky”, que llegaba al departamento de medios como “Informes de Competencia”
(listado de toda la programación de los dos o tres canales de TV, con la
aparición de las “tandas comerciales”, su contenido y duración, impresas a
mimeógrafo) y que utilizaría como papel para escribir, empleando el revés de
las hojas (el que no estaba impreso).
Cuento
todo esto con detalle, porque era un mundo el que descubría, asumiendo una
responsabilidad de la que no me di cuenta hasta después, porque en ese momento
no se me ocurrió pensar que mis palabras se convertirían en avisos, que serían
vistos y leídos por miles de personas y que tal vez influyeran en sus
decisiones y/o preferencias…
El de
una “Royal” fue mi primer “teclado” profesional y cambié al tiempo de agencia,
pero mi “arma” fue nuevamente una máquina de escribir mecánica, lo mismo que en
las varias agencias publicitarias en las que fui recalando después, hasta que
ya en “Mayo FCB”, tuve el primer cambio de “arma”, de una mecánica, a una
automática, porque empecé a usar la computadora…
Debo
decir, en honor a la verdad, que en mi casa también fueron mecánicas mis
máquinas de escribir, hasta que justo, en esa época (y maravillado por las
posibilidades de “la compu”), un préstamo que me hizo la oficina, me permitió
comprar una personal para casa….
No
voy a extenderme mucho más, sino que quería que corroboraran que soy uno de
esos dinosaurios de la edad analógica, que pasó a la era digital y que ha
vivido una evolución que amplió el mundo, convirtiéndolo en un pañuelo; todo,
hay que decirlo en mi caso, caminando por la senda de la publicidad.
Imagen: Internet
martes, 28 de septiembre de 2021
Lo dificil es empezar...
Puede parecer una frase hecha y que solamente se dice, pero para mí, ha sido la pura realidad, tanto en mi carrera como creativo publicitario, como enseñando creatividad …
Empezar supone encarar algo nuevo, para lo que muchas veces no se está preparado o se lo está muy poco; ya he contado más de una vez que yo quería trabajar en publicidad y dibujaba, pero la oportunidad fue que empezara… ¡Como redactor!
También he contado que, en el IPP en formación, mis amigos los directivos me pidieron que diseñara un curso de creatividad y luego que lo enseñara… ¡Sin haber hecho nunca ninguna de las dos cosas!
Empecé a escribir y empecé a enseñar…
Es verdad que esto último lo pude hacer después de más de quince años de
experiencia en publicidad, pero fue igual de difícil que cuando comencé a
escribir sin haberlo hecho nunca …
Difícil, porque una cosa es saber algo y otra muy diferente es el explicarla, por más experiencia que uno tenga en el tema del que se trate …
Ahora, cincuenta años después, mis dudas y miedos iniciales, mi inexperiencia, que pueden provocar sonrisas en quienes lean esto, los recuerdo con nostalgia, porque empezar fue difícil entonces y con franqueza, cada vez que he empezado algo nuevo, he sentido las mismas dudas y miedos …
La profesión de creativo publicitario me ha enfrentado a esos miedos y dudas, miles de veces; ha sucedido cada vez que he escrito un nuevo aviso, imaginado un slogan, desarrollado un comercial o planteado una estrategia creativa …
Lo mismo sucedió con cada día en el que tenía que dictar clase (y lo hice durante treinta años), “enfrentando” a la mirada atenta e inquisidora de los alumnos que esperaban recibir de mí, un poquito de saber, basado en mis lecturas y experiencia (también conté antes que no tengo estudios universitarios de ningún tipo) …
Empezar es un reto y yo agradezco profundamente haber vivido de manera
permanente en “modo reto” y acostumbrarme a que la única manera de progresar,
era vencer, cumplir con los retos, en apariencia disímiles, pero que tuvieron
en común esa dificultad de lo nuevo y desconocido, que provoca miedos y dudas …
Quisiera terminar este pequeño artículo, parafraseando una canción de
Violeta Parra, que me gusta mucho: “Gracias a la vida, que me ha dado tanto
…”
Manolo Echegaray.
Imagen: https://hablarenpublicocurso.com
viernes, 24 de septiembre de 2021
CONFIESO QUE HE LEÍDO
Sustraigo
parte del título de memorias (escritas en vida) de Pablo Neruda, “Confieso que he vivido”, con mil
disculpas a uno de los más grandes poetas de la lengua castellana y de
Latinoamérica, pero no he resistido hacerlo…
Es
verdad. Confieso que he leído, mucho; que sigo y seguiré leyendo mientras
pueda. Ese, diría yo, es mi secreto. El que explica por qué puedo escribir. El
que me hizo redactor publicitario. El secreto que fue descubriendo para mí el
universo. El que me hizo explorador de sillón, aventurero de sala, cosmonauta
de mesa…
Lo
que he leído y leo es casi nada en relación con lo que se ha escrito y
poquísimo si tratara de compararme con cualquier lector baqueano confeso…
Decía
que es “mi” secreto, porque gracias a
la lectura de cuanto libro cayese en mis manos, he podido hacer que mi
vocabulario creciera y continúe haciéndolo; me permite conocer el valor y la
fuerza de cada palabra, el efecto que una frase causa y permite que me asome a
ese universo que es la mente humana…
Como
ven, “mi” secreto es lo que se diría
“un secreto a voces”, porque cualquiera
que lea no por “deber”, sino por
placer, lo comparte; claro que siempre habrá “algo” que “hay que leer”,
pero soy un convencido que la lectura, repito, no debería abordarse como
obligación sino como entretenimiento: Entretenimiento que permite que uno se
informe y aprenda…
Soy
un convencido de que quien no lee, no solamente no puede escribir, sino que tiene
una pobreza espiritual rayana en la miseria y esto me hace reconocer que soy
rico (espiritualmente, que es lo que importa de veras, claro) porque poseo la
fortuna que dan el abecedario y sus infinitas combinaciones…
Repito
aquí lo que ya he dicho muchas veces: Enseñé cursos relacionados con la
creatividad publicitaria, durante 30 años de mis cincuenta como profesional, en
ocho universidades e institutos superiores, con un número, “más o menos”, de
dieciséis mil alumnos y SIEMPRE mi consejo fue ¡LEAN!
Leer,
al contrario de lo que decía un congresista peruano (y no sé de qué manera,
médico de profesión) no produce Alzheimer, sino Cultura.
Por Manolo Echegaray
martes, 14 de septiembre de 2021
ENSEÑAR… ¿LOS DIENTES?
A veces se piensa que el profesor es “buena gente”, sonríe mucho y de pronto, a la hora del examen resulta ser “un maldito desconsiderado” uno que sí, sonríe, pero la sonrisa es malévola y seguro que se frota las manos …
Sucede que el examen es “bien difícil” y no concuerda para nada con la imagen de “patita bonachón” del profe, el que se ríe con las bromas de los estudiantes y las festeja …
El profe “amigo” se convierte en una especie de verdugo traicionero, que con cinco preguntas va a ajusticiar a la clase entera …
“Seguro que estará gozando”, piensa la mayoría, esa mayoría que no se da cuenta de que el profesor puede ser buena persona, pero que su misión es enseñar y si de paso hace amigos, mejor que mejor …
Se suele confundir la amistad con la permisividad y claro, cuando llega “la hora de los loros”, las sonrisas estudiantiles se transforman en crujir de dientes, murmullos de desaprobación y miradas de odio …
Desde
entonces, la percepción cambia, las notas confirman ese cambio y después de la
amable “charla post notas” del
profesor (ya no el “profe”) en el
aula, la mayoría se hace, a regañadientes, el firme propósito de estudiar,
salvo claro, los dos o tres a los que les decían “chancones” y que sabían que a la universidad se va a hacer amigos,
claro, pero que el principal quehacer, es estudiar …
Imagen: https://es.dreamstime.com
martes, 7 de septiembre de 2021
PUBLICISTA Y EDUCADOR: LOS FACTORES DE MI LLEGADA A SERLO
Como
verán, veo los videos de “Mente Mochilera” en Youtube y a mí,
con los cincuenta años en los que he ejercido como publicista, especialmente
del lado creativo y los treinta en que me desempeñé como profesor de
creatividad publicitaria, estrategias y comunicación intercultural, me hace
revivir los factores que creo fueron determinantes en cada caso…
A la publicidad llegué porque me gustaba “eso de los avisos”, sin saber exactamente qué (después descubriría ese maravilloso mundo de la creatividad) y como dibujaba, busqué a quien conocía en el mundo publicitario, que era mi primo y el nuevo director creativo de McCann Erickson y le dije, muy esperanzado, que me gustaría trabajar allí. Finalmente me puso a prueba, por un mes, como redactor (porque como comprobaría luego, mis “dibujos” eran monigotes, al lado de lo que hacían los directores de arte de la agencia). Tuve que aprender a redactar, yo, que ni telegramas escribía y en un mes, empecé esta carrera que cumplió medio siglo…
La amistad fue lo determinante para que yo llegara a ser “profe”, o profesor… Mis amigos Julio Romero y Alfredo Goitre, a la sazón Presidente y Gerente de (curiosamente) McCann, estaban elaborando un proyecto para formar lo que sería el IPP y me preguntaron si podría esbozar y desarrollar el syllabus, para un curso de creatividad… A mis amigos no podía fallarles y puse manos a la obra, tratando de armar un curso en base a mi experiencia de casi 20 años en el ramo y a libros que consideraba de lectura obligatoria. Así, yo, que no tenía estudios universitarios completos, terminé diseñando un curso para enseñanza superior… Lo entregué y tiempo después, Julio me comenta que el curso había sido aprobado por el Ministerio de Educación y que si yo podía dictarlo…
Le dije que nunca había enseñado nada, salvo los dientes y que estaba loco… Bueno, terminé enseñando, en el recién inaugurado Instituto Peruano de Publicidad, el curso de Creatividad, que yo mismo había diseñado y compuesto…
La oportunidad, la amistad y el que confiaran en mí, fueron los factores decisivos en ambas fases de mi carrera de “publicista/profe”, de la que me siento muy orgulloso y enormemente agradecido por las grandes satisfacciones que, a lo largo de estos cincuenta años en total, he recibido. Y lo digo siempre: recibí mucho más de lo que di.
Cada uno puede citar las circunstancias en las que algo que llenó su vida, llegó. Tal vez todas sean distintas, pero todas tienen la misma importancia: La de la felicidad.
Manolo Echegaray.
Imagen: Fotomontaje por Hans Horna /
dreizacstudios.com
martes, 31 de agosto de 2021
EL QUÉ Y EL CÓMO
En publicidad y en todo, tan importante es el fondo –el “qué”- como lo es la forma o, el “cómo”. Esto que parece algo lógico, no es lo que hacemos siempre, y en publicidad, que es básicamente una manera de COMUNICAR y que debe ser eficiente (además de efectiva) hay que tener muy en cuenta esto…
Bastante
largo, lo anterior, para decir que, en publicidad, la forma es importantísima.
Es como el vestido o los adornos que usa una persona, y le dan un ASPECTO
agradable, ATRAYENTE. Es el envoltorio hermoso y brillante de un chocolate, que
lo hace atractivo y deseable…
Si el
“qué” no ofrece dudas, el “cómo” marcará la diferencia entre los
innumerables “qué”, similares o existentes
y lo resaltará. Por eso, la publicidad presta especial atención a la forma y es
aquí donde la creatividad juega un papel central. Esos spots de televisión y
avisos que vemos o escuchamos, son los envoltorios, el ropaje y adornos del
producto o servicio publicitado y su misión, primero, es llamar la atención,
para a renglón seguido convencer, logrando así que el ciclo de la comunicación,
que termina en el ENTENDIMIENTO del o los mensajes. Porque –no me cansaré de
decirlo- la publicidad NO VENDE, sino que COMUNICA, se cierre.
Venden,
los vendedores.
Manolo Echegaray
Imagen: abc.es
martes, 24 de agosto de 2021
“HASTA PRONTO, AMIGO”
Por Manolo Echegaray.
“HASTA PRONTO, AMIGO” es un post que ya subí a mi blog, pero quiero compartirlo, abusando de la buena voluntad de Joan Manuel, y es un pequeño homenaje a la amistad que tuvimos Manuel Jiménez y yo, por incontables años. Es aquí, en este blog dedicado a la publicidad, en el que estoy seguro Manuel leerá, allá en el Barrio Eterno, donde está, con su arte y sus múltiples talentos.
Amigo, va por ti…
Manuel
Jiménez Sologuren, mi amigo, el artista, el que cantaba, el músico, el creativo
publicitario, el diseñador gráfico, el videasta, el hombre de múltiples
talentos, ha partido adelantándose, para hacernos un lugar en el Barrio Eterno.
No dudo que será un sitiecito con buena vista y unas sillas cómodas donde nos
sentaremos a charlar cuando vayamos llegando y lo acompañemos…
Seguramente
hablaremos de pintura, de literatura, de música y de naderías, nos reiremos y
ojalá que haya algo de whiskicito para acompañar, porque de seguro recordaremos
las remojadas charlas post almuerzo, que teníamos en “La Calesa”, con él, Julio
y Alfredo, donde Sammy ponía el “líquido elemento” y su reservada sonrisa,
atenta, cómplice…
Con
Manuel, además de unirnos el nombre, compartimos la misma profesión de creativo
publicitario (aunque él “renegaba” de serlo): Manuel como eximio dibujante y yo
como entusiasta tundeteclas; compartimos también el gusto por la pintura - en
la que yo soy un perfecto lego- por la música y el teatro… Pero lo más
importante es que compartimos la amistad. Esa, que no necesita de muchas
palabras, porque está hecha de silencios largos y recuerdos comunes…
Chau,
Manuel, por si acaso, te llevo un lápiz “chato” para que dibujes
maravillosamente, como siempre, porque papel deben tener allí donde estaremos.
Imagen: www.casadelaliteratura.gob.pe