martes, 13 de julio de 2021

CURIOSITY

El “Curiosity Rover” tiene el tamaño de un automóvil y es un vehículo robot laboratorio, enviado a Marte por la NASA, para explorar y transmitir a la Tierra sus hallazgos; es decir, que como lo indica su nombre, es un CURIOSO, que seguramente encontrará lo impensado…

 


 

Bien creativa la solución para que el ser humano, acceda, sin peligro, a los secretos del “Planeta Rojo” … Y es precisamente la CURIOSIDAD una de las principales características del creativo publicitario; muchas veces y en otros lugares, así como en el inicio del curso de Creatividad Publicitaria, que tuve el honor de dictar en diferentes Universidades e Institutos Superiores por 30 años, la he mencionado como absolutamente necesaria…

Ser curioso es algo que todos, de pequeños, somos; es la manera por la que satisfacemos esa necesidad de saber, que todo niño muestra con preguntas como “¿Y por qué, ah?...

Suele suceder, que vamos perdiendo esa curiosidad natural a medida que crecemos, por temor a preguntar y pasar por ignorantes, o por la flojera de conocer más de lo que creemos saber; también, tal vez, por no incomodar a otros o quizá porque nos sentimos satisfechos con lo que sabemos y consideramos lo demás como innecesario…

¡Craso error! Estamos dejando de aprender algo nuevo, que no sabemos cuándo podremos necesitar, sin que esto quiera decir que debemos abarcarlo todo y saberlo todo, pero si es que no preguntamos, buscamos e investigamos sobre algo que nos interesa, menos lo vamos a hacer por otras cosas y a esto último se le llama OCIOSIDAD, o lo que también podría llamarse “zona de confort”, o sea que “me siento bien como estoy y no quiero más: estoy cómodo” …

Cada nuevo cliente, cada nuevo producto, cada nuevo servicio para el que hay que crear algo, es una oportunidad de conocer y aprender, pero no se hará si no se es CURIOSO y el trabajo será mediocre o nulo…

La publicidad me ha permitido aprender muchísimo y siempre la pregunta que hice fue: “¿Por qué…?”; tal vez, gran parte de lo que ahora sé, se lo debo a la curiosidad; esa que podía hacerme parecer tonto, pero era la mejor forma de conseguir conocimiento, almacenarlo en el cerebro y usarlo profesionalmente. Mi agradecimiento más profundo a todos los que me tuvieron paciencia, contestaron a mis preguntas, me explicaron e hicieron de mí, un tipo que sabía cada día un poquito más…

Gracias también a mis alumnos, que, con sus preguntas curiosas, me obligaron a buscar respuestas, aprendiendo algo nuevo, o repasando conocimiento que estaba olvidado…

Si la experiencia, como dice el refrán, es la madre de la ciencia, la curiosidad es esa tía querida, que destapa las ollas, rebusca en la alacena y echa una miradita dentro del refrigerador…

 

Imagen: spaceplace.nasa.gov

 

 

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