lunes, 19 de julio de 2021

EL DEDO CREATIVO

Puedo decir que el dedo índice de mi mano derecha, es “el dedo creativo”, porque solamente con él, tecleo desde siempre; primero en la máquina de escribir y luego en una PC o cualquier artefacto que tenga teclas y sirva para escribir (llámense laptop o teléfono con pantalla “táctil”), desde que empecé en la vieja “Hermes-Baby” portátil, metálica y gris, que tenía mi padre cuando yo era chico…



Es mi modo de reconocer que NO soy dactilógrafo, porque no uso los diez dedos de las manos como cualquiera que lo sea…

Cuando empezaba como redactor publicitario en McCann, me vio escribir el gerente de la agencia y me ofreció matrícula en un curso para aprender dactilografía y me parece que ahí nació lo del “dedo creativo”, además de decirle, respetuosamente, que el curso de dactilografía se lo dieran a Lucho Piérola (que era el otro redactor que trabajaba allí), porque yo estaba bien así …

Estoy seguro que la negativa –que no le debió haber gustado mucho a Christian Hamann, el gerente- era en realidad, que a mí me daba flojera pasar por un curso que permitía escribir rápido y sin mirar las teclas. Supongo que Lucho sí aprovechó la oportunidad y yo… ¡Seguí escribiendo con un dedo y mirando las teclas…!

Con el tiempo, mi velocidad escribiendo a máquina aumentó, y “casi” me sabía de memoria las posiciones de las teclas, aunque por supuesto, cualquier dactilógrafo experto, parecería una bala a mi lado…

“Racionalizando” un poco el tema, pienso que el escribir con un solo dedo –y por consiguiente ser más lento haciéndolo- me permite pensar “un poquito más” y que las ideas se acomoden mejor; que las palabras que estoy usando, sean más precisas.

Seguramente concluirán que estas son las excusas de alguien que nunca aprendió algo útil por flojo, pero confieso que yo mismo me lo creo, porque tengo 74 años, 50 como redactor publicitario y empecé a teclear en la “Hermes-Baby”, cuando tenía siete…

 

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