viernes, 30 de septiembre de 2022

EXCUSAS QUE NO EXCUSAN

 

 

Muchas veces cuando no queremos hacer algo, o lo hacemos a desgano, o ponemos excusas que nos “impiden” hacerlo …

 


Como ejemplo, recuerdo que en una agencia donde trabajaba como director creativo, un cliente importante y que recién iniciaba su relación comercial con la agencia, nos pidió lanzar un producto, para un mercado dominado por una marca que ya era tradicional y casi sinónimo del producto.

 

Lo primero que había que hacer era un afiche grande, para después ir a tv, radio y paneles (internet no existía en el Perú entonces), por lo que se comenzó a trabajar el proyecto, bocetando el afiche; a los varios días, cuando le pedí al director de arte ver el material, me mostró un afiche con el fondo amarillo, que era el “color símbolo” del producto de la competencia, al hacérselo notar y decirle que ese color era desafortunado y que el color predominante de nuestro producto era el rojo, me respondió, sin pestañear: “Es que era el único color de mis plumones que tenía tinta suficiente para ese fondo…”

 

Como se comprenderá, me pareció tonta la respuesta y propia de alguien a quien le da flojera hacer algo; podría hacer el fondo no con plumón, sino con témpera, por ejemplo, o decir que se le habían acabado sus plumones (los famosos “Design”) y que necesitaba unos nuevos para trabajar…, sin embargo, optó por la “rapidez” y echó mano de lo que le “facilitaba” la labor (“¿la témpera…? Necesita secar…”).

 

La requintada de mi parte no se hizo esperar y de inmediato le pedí cambiar el bilioso color y le “prohibí” usarlo en cualquier material para ese cliente. De veras, el asunto me pareció bien poco profesional y que la “excusa” esgrimida era muy boba …

 

Y es que, en esto de las excusas, existe una variedad infinita, e infinitamente tontas, sin sentido o que traslucen ociosidad; en otra agencia de publicidad, donde también fui director creativo, uno de los redactores tenía como encargo escribir una “familia” de avisos de prensa, es decir que eran varios motivos bajo un mismo “paraguas”, que los uniera, además   -como es lógico- con el mismo slogan de marca para todos …

 

Cuando el redactor me mostró su trabajo, vi que eran varios titulares y tres o cuatro alternativas para el slogan. Lo que faltaba era el texto para los avisos, correspondiente a cada titular. Cuando se los pedí, para verlos, el redactor me dijo con cara de superioridad aburrida: “¿Los textos…?  Se entiende, pues…”. No había ni intentado redactarlos. Pura flojera. Huelga decir cuál fue mi reacción, censurada aquí porque las palabras fueron más bien gruesas …

 

La dejadez y la flojera son enemigas de algo tan veloz como es la publicidad y soy un convencido que las cosas a medio hacer o mal hechas, con estas enemigas sobre los hombros, a mí, por lo menos, me producen rabia Y no es que tenga mal genio, sino que es algo que siento como una provocación.

 

Imagen: https://www.google.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario