Con
las justas me alcanza para un “kinkón” * y mis vacaciones fueron - lo dije
hace meses – puramente mentales … A Cancún ni se me ocurrió ir, porque
seguramente estaba lleno –y yo quería descansar un poco- además del temor de
que se me mojara la memoria y oxidaran los recuerdos…
Aquí
estoy nuevamente, después de un tiempo de “para”, que espero, me haya permitido
refrescar las neuronas con el fin de volver sobre este tema tan amplio,
interesante y que abarca más de cincuenta años de mi vida: ¡Quién diría que
esta “pasión” cumple un poco más de medio siglo…!
Como
lo he dicho más de una vez, soy una especie de dinosaurio, un poquito
desconcertado en este mundo digital que avanza rápidamente y amenaza con
dejarme atrás, aunque trato de mantenerme lo más al día que me es posible,
leyendo, “navegando”, escuchando, viendo y lo que es más importante: continuar
aprendiendo. Es que la publicidad, entre las muchas cosas que me enseñó, fue
que el aprendizaje es básico, que uno nunca debe dejar de aprender, porque
siempre necesitará de ese saber nuevo, si no para continuar totalmente vigente,
sí para darse la satisfacción propia de no ser una olvidada y polvorienta pieza
de museo …
O sea
que por aquí ando de nuevo, agradecido a “Mente Mochilera” que me permite
continuar escribiendo en su blog y prometo no aburrirlos mucho, porque si hay
algo recontra entretenido, es la publicidad … Lo digo por experiencia y me
encante poder compartir anécdotas, reflexiones y lo que parece no tener
importancia -pero que con el tiempo se comprueba que sí la tiene- contigo,
lectora o lector al que de pronto, la curiosidad trajo por aquí …
Ya
regreso y nos encontramos en una semana.
Manolo.
*Ya sé que lo
correcto sería escribir “King Kong”, pero se me malogra el jueguito de
palabras… Les juro que está bien que el alfajor sea grandazo y le pusieran por
nombre el de un mono gigantesco, estrella antigua del celuloide, pero …
Imagen: http://www.infofullviajes.com
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