Este
asunto se está pareciendo cada vez más a ese “Salvaje Oeste” (WW o “Wild West”
en inglés), que veíamos en series de la tele como “La Ley del Revólver” (“Gunsmoke”)
y en películas de “pantalla grande”, donde cualquiera, con una Colt 45, hacía
destrozo y medio, o prácticamente lo que quería …
No me
quejo de la digitalización en cuanto a técnica (que es imparable), ni tampoco
de la evolución que sirve para facilitar el acceso a los medios, o de la
importancia que tienen las redes sociales; lo que me parece es que con toda
esta facilidad y el poner tan a la mano una tecnología que “antes” estaba
reservada a los que sabían usarla, ahora cualquiera puede echar mano de ella,
con los resultados que muchas veces vemos y que no son otros que el desorden y
la banalización de algo tan importante como la comunicación. Precisamente, a la
comunicación publicitaria me refiero …
La
publicidad, de respetar ciertas reglas que la hicieran posible, para que sus
contenidos se entendieran y surtieran efecto, ha pasado a ser una especie de
“tierra de nadie” o “tierra de todos”, porque ahora, cualquiera se siente
“publicista” y con una computadora, imágenes bajadas de Internet, grabaciones
de video y audio hechas con un teléfono celular, puede perpetrar cualquier
cosa. Sí, “perpetrar” cualquier cosa, porque lo que haga NO será publicidad, ya
que el tema de la COMUNICACIÓN estará ausente o tan deformado que sería
irreconocible y por supuesto, ineficiente y claro, ineficaz …
Con
esto repito lo dicho ya otras veces, y es que no son los lamentos de un viejo
que opina que “todo tiempo pasado fue mejor” y que “lo que se hacía antes …” .
No, es que me parece que en publicidad, salvo excepciones, por supuesto, todo
se está tomando a la ligera y que sufren los clientes, los productos o
servicios que representan, el consumidor –que se desconcierta y quizás es
desinformado- y finalmente la publicidad que termina siendo colores, sonidos,
letras y ningún fondo. ¿La comunicación?: Ausente.
Imagen: https://www.alamy.es
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